Se ha descubierto que la cantidad de colesterol que comemos tiene poco efecto inmediato en los niveles de colesterol en la sangre. Sin embargo, es importante señalar que depende mucho de cómo funcione el sistema endócrino, que regula el metabolismo a través de las hormonas de cada persona para determinar si la ingestión de alimentos ricos en colesterol influye en los niveles de éste en la sangre.
También las grasas saturadas elevan el colesterol sanguíneo y por lo tanto, debe restringirse. En consecuencia, los alimentos ricos en grasas saturadas, como los cortes grasos de carne, deben consumirse con moderación; pero el comer de tres a cuatro huevos por semana, como parte de una dieta balanceada, no le hará daño, a menos que presente niveles altos de colesterol en la sangre.
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